Teatro romano de Mérida. Corral de Comedias de Almagro. Teatro María Guerrero de Madrid. Sala Pradillo

miércoles, 29 de septiembre de 2010

La recepción de un espectáculo

Parte de los trabajos que tenéis que presentar este curso son críticas de los espectáculos que hayáis visto. No se trata de escribir por escribir, sino de intentar hacer un trabajo ordenado que os permita dar un repaso a los elementos fundamentales de la obra tal como vosotros la habéis visto como espectadores.


Es verdad que esta es una tarea que va ganando a medida que se ven más espectáculos y que el arco se va abriendo, pero en algún momento hay que empezar, así que vamos con una explicación que creo que os será útil.


Vamos a plantearnos que cuando asistimos a una función de teatro, a un concierto o a un ballet, estamos participando en un acto de comunicación. No hace falta repetir que los elementos básicos de la comunicación son: emisor, receptor, mensaje y código. Veamos en qué se concreta esto cuando vemos una función:


• El emisor no es único, sino múltiple: el autor, los intérpretes, el director, el figurinista, los músicos, el diseñador de luces… todos han contribuido desde su parcela a crear el mensaje.


• El receptor es a la vez único y múltiple. Cada uno de nosotros ve la función y la recibe condicionado por su formación, sus gustos estéticos, su ideología, sus costumbres… En definitiva, cada espectador tiene recursos diferentes para descifrar los códigos utilizado en una función. A la vez, la ve rodeado de un público que no es igual siempre, que también se constituye en un receptor colectivo que condiciona nuestra recepción de la obra.


• El mensaje es la función, única e irrepetible. La función que vemos hoy no es la misma que la de ayer. Son los mismos actores, con el mismo texto, con el mismo director y las mismas pautas, pero la función no es la misma, por muy medido que esté todo, por muy precisos y rigurosos que sean los actores.


• El código utilizado para la creación del mensaje es múltiple, como sus emisores. Si estamos viendo un ballet, predominará el código musical y plástico; si estamos viendo una función de circo, predominará el código visual; en el teatro se combinan el lingüístico y el visual, etc.


Teniendo esto en cuenta, cuando nos enfrentamos a la redacción de la crítica de un espectáculo que hemos visto, podemos ir desgranando de forma ordenada nuestras opiniones sobre el texto, la interpretación, la dirección del montaje escénico, el diseño de vestuario, la escenografía, las luces… para concluir en una visión general de la función a la que asistimos destacando dos o tres aspectos que te hayan llamado la atención positiva o negativamente.


Recordad, toda opinión debe justificarse y siempre desde la prudencia y el respeto.

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