- Reconocer los grupos de músculos que podemos tensar o relajar conscientemente.
- Relacionar la respiración con la tensión de los músculos.
- Observar los beneficios de la distensión muscular.
Para seguir un orden, empezamos por la mano, el antebrazo, codo y hombro, primero de un brazo y después de otro.
A continuación pasamos a las piernas, el tórax, el abdomen, los glúteos.
Seguimos relajando la cabeza haciendo fuerza contra en suelo con la nuca (si estamos tumbados) o contra el respaldo del asiento.
Finalmente relajamos los músculos de la cara y la mandíbula.
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