Es un ejercicio de entrenamiento del actor a la búsqueda de una emoción. Requiere mucha paciencia y concentración por parte de los alumnos. Lo deseable es hacerlo en grupos pequeños y en un ambiente de relajación.
Se trata de llegar a una emoción consciente a través de la repetición de una acción muy concreta. Por ejemplo: un actor se sienta en el suelo y golpea el puño de una mano contra la otra mano abierta. En ese movimiento, más o menos fuerte, más o menos rápido, va buscando una emoción: rabia, ternura, miedo, duda...
Naturalmente, el actor debe elegir su acción y su emoción de forma inteligente y tomar las decisiones que le ayuden a conseguir el objetivo.
No es un ejercicio fácil, pero es muy útil para trabajar la interpretación consciente.
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