Publicado en Ñaque Editora, serie Teoría. Ciudad Real, 1997.
Una obra muy interesante y útil para los profesores de Artes o de cualquier otra materia, especialmente para aquellos que estamos un poco en “tierra de nadie” dando clases de Artes en centros en los que se enseñan muchas otras cosas (todas ellas interesantes).
Georges Laferrière, toda una autoridad en este ámbito de la pedagogía teatral, se define a sí mismo como un “artista pedagogo”. En sus escritos y, sobre todo, en sus enseñanzas directas (clases, congresos, conferencias…) ha mostrado su conocimiento de todos los aspectos del mundo del teatro: interpretación, dirección, enseñanza, gestión, producción, etc.
En La Pedagogía puesta en escena el autor desarrolla la idea del artista-pedagogo en la que es fundamental atender a los dos términos: la formación pedagógica y la formación artística. Plantea de una forma bastante realista los inconvenientes y situaciones en las que se encuentra el profesor de Artes (teatro, música, danza…) en un molde académico que no está hecho para estas enseñanzas (horarios, espacios, alumnado, medios…)
Dedica la primera parte del libro a la formación de los enseñantes en general y a los objetivos que tiene dicha formación. En este sentido, insiste a menudo en la importancia de atender no sólo a los conocimientos y a la técnica pedagógica, sino también al desarrollo personal del docente. Este desarrollo es el que impulsará un trabajo de calidad en mejora constante, dice Laferrière.
La segunda parte de esta obra la dedica a la formación específica de un profesor de Arte Dramático, el artista-pedagogo, que él basa en la mezcla y el mestizaje.
Finalmente, dedica un capítulo muy interesante y detallado a la tarea de evaluar el rendimiento de los alumnos. Ofrece una serie de ejercicios para realizar la evaluación creativa que, a mi juicio, son sencillos y muy útiles.
Una obra muy recomendable para los profesores o para los que quieran serlo.
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